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El amor. Gálatas 5:22-23 y Romanos 5:5
Introducción:
En esta ocasión estaremos meditando en el tema del amor, con relación al crecimiento de la obra del Señor. Por lo tanto, preparemos nuestros corazones para poder aprender. Observaremos cuatro puntos de suma importancia relacionados al amor y el crecimiento de la obra del Señor: #1 Amor por Dios. # 2 Amor por las almas perdidas de este mundo # 3 Amor fraternal. # 4 Amor por la obra del Señor. Para poder apoyar a un crecimiento exitoso en la obra del Señor, el embajador debe de tener…
# 1 Amor por Dios. El gran mandamiento en Marcos 12:30 nos dice que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas. Implica todas las áreas de nuestra vida y este mandamiento está lleno de promesas como la que encontramos en Romanos 8:28. También nos enseña que el amor no es un sentimiento sino un mandamiento que debemos obedecer.
# 2 Amor por las almas perdidas de este mundo. Si no hay amor por las almas perdidas de este mundo, no iremos a ellos para predicarles el Evangelio. Si no les predicamos el Evangelio no se convertirán de sus malos caminos. Si no se convierten de sus malos caminos, no obedecerán el Evangelio. Si no obedecen el Evangelio, entonces no serán añadidos al cuerpo de Cristo. Y, si no son añadidos al cuerpo de Cristo, entonces la Iglesia no crecerá en número. Como podemos ver, cuando no hay amor por las almas perdidas, las consecuencias serán muy graves. La palabra de Dios nos instruye a tener amor por las almas perdidas. Jesús es nuestro mayor ejemplo a seguir en cuanto al amor por las almas perdidas. Note los siguientes pasajes que apoyan este principio. 1) Lucas 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Si Jesús hizo esto, lo hizo por amor a las almas perdidas. 2) Mr. 12:31 “Amaras a tu prójimo como a ti mismo”. Una de las maneras de cómo podemos amar a nuestro prójimo es enseñándoles el Evangelio de Cristo para que puedan ser salvos. Uno de los mejores regalos que usted le puede dar a su prójimo es el antídoto para el problema más grande del mundo—el pecado (Ro. 6:23) 3) Mt. 9:36-38 Este pasaje nos muestra como Jesús tuvo compasión por las almas perdidas. ¿Qué tanto amor tenemos por las almas perdidas de este mundo? ¿Qué tanto sale usted afuera para compartir el Evangelio de Cristo?
# 3 Amor fraternal. El amor por las almas perdidas es algo que no puede faltar en nuestro corazón. Si el amor está presente, entonces podremos crecer en número y espiritualmente. Pero, no solo el amor por las almas perdidas es importante, sino también, el amor fraternal, es decir, el amor por los hermanos. Existen muchos cristianos que tienen amor por las almas, y tales salen a traer gente para que vengan a escuchar el Evangelio de Cristo. Estos cristianos invitan muchos amigos y familiares para que vengan a escuchar el mensaje. Sin embargo, cuando estas personas vienen a nuestros servicios de adoración, pero vienen a ver como el pueblo de Dios no se puede ver, pero ni en pintura, entonces, esto es algo que va afectar en gran manera el crecimiento numérico. La gente no desea venir a un lugar donde el ambiente es terrible, es decir, un ambiente donde los hermanos en Cristo no se pueden ver el uno al otro. La gente no desea visitar un lugar donde los miembros se ocupan en hablar mal del otro. La gente no desea visitar un lugar donde se ven malas caras, y el ambiente es peor que una refrigeradora. El cristiano necesita trabajar en el amor fraternal para que la gente vea a Cristo reflejado en nuestros corazones. La gente necesita ver un pueblo que ha sido transformado por la Palabra de Dios. La gente necesita ver un pueblo que está lleno de amor fraternal. La Biblia nos instruye en cuanto a tener amor unos por los otros. Note los siguientes pasajes: 1) Juan 13:34-35 – Este pasaje nos enseña a amarnos los unos a los otros, así como Cristo nos amó. 2) Romanos 12:9 – Este pasaje nos enseña a tener amor sincero por los hermanos, y no un amor fingido. 3) Filipenses 2:3-4 – Este pasaje nos enseña a considerar a otros como superiores a nosotros mismos. 4) Marcos 12:31 – Este pasaje nos enseña que debemos de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos—nuestros hermanos también son nuestro prójimo.
# 4 Amor por la obra del Señor. Todo lo que hagamos para el Señor debe de ser hecho en amor. Si la Iglesia ha de crecer, debe de preocuparse, tener amor por la obra del Señor. Cuando el cristiano tiene amor por la obra del Señor, esto le ayudara a poder trabajar en la obra del Señor como debe de ser. Aquellos cristianos que tienen amor por la obra harán las siguientes cosas: 1) Invitaran amigos y familiares a los servicios de adoración y clases bíblicas 2) Llevaran folletos con información sobre el plan de salvación 3) Llegaran temprano a los servicios de adoración 4) Se envolverán en la obra del Señor y preguntaran en qué áreas pueden servir 5) Estudiaran más las Escrituras para poder ayudar a otros (1 P. 3:15) 6) Pondrán a Dios en primer lugar (Mt. 6:33) 7) Ayudaran a los visitantes a sentirse bienvenidos a los servicios. Ya es tiempo que los cristianos, miembros del cuerpo de Cristo dejen a un lado la indiferencia hacia las cosas de Dios. Muchos cristianos no están preocupados por la obra del Señor. Existe mucha apatía para con las cosas de nuestro Dios. Los cristianos del primer siglo crecieron en gran manera porque tenían amor por la obra del Señor. El apóstol Pablo trabajo arduamente por la obra del Señor porque el la amaba. Hoy en día, nosotros también debemos de trabajar arduamente por la obra del Señor. ¿Qué tanto amamos la obra del Señor? ¿Qué tanto está usted haciendo por la obra del Señor? ¿Tiene usted indiferencia para con la obra del Señor? Embajadores, debemos de recordar que nuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Co. 15:58; He. 6:10) y por consiguiente debemos de tener amor por esta obra.
Conclusión:
Gracias a Dios hemos tenido la oportunidad de meditar en Su palabra. Espero en Dios que estos cuatro puntos que hemos observado estén en nuestro corazón. Y que cada uno de nosotros tomemos conciencia de este muy importante tema.
Por: Pastor Alfredo Marín Armenta. Empalme, Sonora.
Para: Embajadores del Rey México.
Noviembre del 2022
Vivamos y andemos por el Espíritu
Semana Nacional de Énfasis
Descargue e imprima gratuitamente el Sermón: EL AMOR.
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Actuar en una forma que conduzca a la paz duradera y real no es parte de nuestra tendencia natural humana. El apóstol Pablo escribió
en la carta a los Gálatas 5:20-21 que nuestra naturaleza nos conduce a: “enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones...
homicidios”.
Ahora bien, sabemos perfectamente que nuestro Dios, a quien adoramos, es un Dios de paz; así lo vemos en la carta a los Romanos
15:33: “Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.”
Ciertamente, el Espíritu Santo produce este fruto en el corazón del cristiano para hacerlo semejante a Dios.
Este mundo definitivamente no conoce la paz, entonces, ¿cómo pueden los hijos de Dios mostrar paz?
Uno de los más grandes deseos del ser humano es la paz; paz entre las naciones, paz entre los vecinos y paz en nuestra mente.
Sin embargo, nuestra experiencia confirma lo que dice la Biblia en Romanos 3:17: “Y no conocieron camino de paz”, y lo afirma también
Isaías 59:8.
En el mundo el hombre natural no conoce el camino de paz, no saben dónde encontrar la paz; su vida es agitada, desesperada, llena de
inquietudes, pero aquí lo hermoso del Evangelio es que produce paz al corazón desesperado.
¿Qué es la paz?
La palabra que utiliza el apóstol Pablo para la paz, es la palabra griega eirene, esta palabra tiene el significado de: “paz entre personas,
armonía, y concordia”.
Usualmente en el Nuevo Testamento, la palabra eirene se utiliza como sinónimo del hebreo Shalom (Shalom: la paz sea con vosotros) y
significa no sólo libertad de problemas sino todo lo que implica el máximo bien para el hombre. La paz es más que la ausencia de la guerra o de algo que se siente en la mente, es el camino de vivir una vida en una relación adecuada entre el hombre y Dios, así como entre
los hombres.
La paz incluye calma sin conflicto que este mundo nunca ha conocido; tal vez hayan existido momentos y lugares aislados en donde el conflicto ha cesado por un poco de tiempo, pero el mundo nunca ha conocido verdaderamente la paz. Esto no ha impedido, que el mundo
pretenda tenerla.
Nuestro propósito como siervos de Dios es que primeramente seas amigo de Dios, porque antes de conocer a Cristo Jesús éramos enemigos de Dios, y siendo sus amigos podemos tener paz con Él.
Es indispensable tener paz con Dios, porque cuando estábamos en el mundo teníamos una total enemistad con Dios, así dice Romanos
5:10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos
por su vida”.
Entonces, al hacer una afirmación para interpretar este versículo, surge una pregunta, ¿tiene Dios enemigos en este mundo?,
definitivamente sí, porque si eres amigo del mundo, no eres amigo de
Dios, y no tienes la paz de Dios y Cristo no está en ti, y la seguridad de salvación esta nulificada en tu persona.
Santiago 4:4 dice: “¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? cualquiera, pues, que quiera ser
amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
No obstante, esta hermosa reconciliación con nuestro buen Dios nos da paz, así dice Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
Gracias por lo que nuestro Señor Jesucristo hizo por nosotros. Ésa es la verdadera paz que se recibe como fruto del Espíritu y nos da
la paz del alma, quietud, tranquilidad, serenidad, porque limpiará nuestra conciencia, porque estaba asociada en las obras de la muerte,
como dice en Hebreos 9:14: “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Limpiar la conciencia de aquello que produce intranquilidad para que llegue a obtener un sosiego tan grande que el sentimiento humano no puede comprender, así dice Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobre pasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Hay cosas que el entendimiento del hombre natural no puede entender o explicar de cómo operan, y esto se debe a que es Dios
quien obra, y Él sabe qué dar a sus hijos. Jesucristo ofreció su paz, muy distinta la que ofrece el mundo, Jesús les dice a sus discípulos, en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
¿Qué es lo que el mundo da?
Una paz relativa a la condición de la carne pero nunca tranquiliza el alma, quizás en la ciudad donde vives puede estar tranquilo, ahí nunca pasa nada porque hay cámaras y puede ser seguro.
Pero de qué sirve tanta seguridad si los ciudadanos están llenos de contienda con sus hijos, con su esposa, les hace falta la paz en su corazón; esa es la paz del mundo, por esa razón el Señor ofreció s paz, la que hace descansar al hombre interior, por esta razón el apóstol Pablo dice en 2 Tesalonicense 3:16: “Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El señor sea con todos vosotros”.
En algunos pueblos la guerra es interna, porque hicieron nulos los acuerdos de paz y es por eso que Dios habló a través del profeta Jeremías 8:11: “y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: paz, paz; y no hay paz”. Allí podemos ver que la costumbre de los líderes era y es tratar de ignorar o cubrir con un manto la falta de paz, esto no es algo nuevo.
Desafortunadamente, todas “las curaciones” que la humanidad ha tratado de usar, dígase tratados, programas sociales, conversaciones alrededor de la mesa de negociaciones, no pueden sanar las heridas de un mundo plagado de conflicto y contención.
La paz es lo opuesto a lo descrito en Santiago 4:1-4, que describe la causa de las guerras: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos
entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. ¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
Y si hemos entendido bien, sabemos que en nosotros no existe nada bueno, y si no somos sensibles para desear la paz de Dios, el mismo mundo los envolverá en sus enredos, ambiciones, codicias, envidias y deseos, por los afanes para la obtención del dinero que nos afana y nos separan totalmente de la oración, veamos lo que dice Filipenses 4:6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Esta es una grande verdad que nadie más que Dios puede darnos esa tranquilidad.
Hay una razón por la que la mayoría de las personas en el mundo no pueden entender la paz ofrecida por Dios: ellos han sido engañados y egados por Satanás; 2 Corintios 4:4 dice: “...el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
Muchos esperan que la religión sea una fuente que les permita ver el camino a la paz. Sin embargo, a través de la historia ha habido incontables guerras, que han sido libradas en el nombre de la religión; esto es confuso para aquellos que sinceramente están buscando respuestas acerca de lo que produce una paz duradera.
El fruto del Espíritu la paz nos provee la paz interior y nos da contentamiento cuando realmente deseamos vivir bajo el Señorío de nuestro buen Dios, incluso en situaciones tan violentas.
El fruto del Espíritu de paz debe gobernar nuestro corazón, pero también debe ser manifestado a nuestro prójimo; así como el árbol da fruto para el deleite de los hombres, de la misma manera nosotros debemos hacerlo para la felicidad de nuestros prójimos, como dice en Hebreos 12:14: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.
En este versículo podemos ver que existen dos condiciones para poder ver al Señor en su reino. Uno es tener paz con todos, y todos, es todos sin acepción de personas, y dos, que a la paz debemos agregarle santidad; entonces queda claro que es necesario que en nuestro corazón permanezca la paz, si es que deseamos ver a nuestro Señor Jesucristo.
Todo aquel que posee el Espíritu Santo lo debe manifiesta por medio de este fruto que es muy marcado, pues en unos minutos puedes darte cuenta si alguien tiene paz, en su manera de hablar, en sus gestos, en su mirar, así que a pesar de vivir dependiendo de Dios, debemos soportar las burlas que nos lastiman, y ver cuántas cosas más ofenden al Hijo de Dios en su diario vivir.
Así que cada uno de ustedes debe tener paz, dar paz, transpirar paz, no guardar ningún rencor, y debo decirlo fuerte y claro, esto no es por tu esfuerzo, no es a la fuerza ni por obligación o por tratar de fingir armonía con tu prójimo, ¡NO!, esto es la obra del Espíritu Santo.
“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera.
El Señor sea con todos vosotros”. 2 Filipenses 3:16
Por: Pastor Miguel Cruz Mendoza
Para: Embajadores del Rey México.
Noviembre del 2022
Vivamos y andemos por el Espíritu
Semana Nacional de Énfasis
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Semana Nacional de Énfasis de los Embajadores del Rey México, del 20 al 26 de Nov.
-VIVAMOS Y ANDEMOS POR EL ESPÍRITU-
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:25.
Benignidad y Bondad
Son frutos del Espíritu Santo
Gálatas 5:22
La benignidad como esencia de Dios
Textos bíblicos que muestran la benignidad de Dios
La bondad como reflejo de la benignidad
Recompensas de la bondad
Ejemplos prácticos de benignidad y bondad
4 formas de mostrar benignidad y bondad en nuestras vidas
Conclusión
Ilustración
Son frutos del Espíritu Santo
Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
La benignidad y la bondad están en la lista de los 9 frutos del Espíritu Santo en Gálatas 5:22-23, además en ese texto vemos que estos frutos los produce el Espíritu Santo en la vida de los creyentes, cuando el creyente muere a sus deseos carnales y se deja llenar del Espíritu Santo, entonces como resultado obtendremos la Benignidad y la bondad.
Benignidad: (crestótes 5544) significa tener bondad, como la bondad de Dios para los hombres. La palabra no tiene el significado de ser débil o tener falta de convicciones sino de ser de genio apacible. Es una persona que muestra benevolencia a otros. La benignidad se muestra en alguien que es considerado bueno en su esencia. En su etimología latina bene significa bueno y genus significa nacido; así que se refiere a alguien creado para el bien.
El creyente que expresa benignidad se caracteriza por tener simpatía, comprensión, buena voluntad, paciencia y amor con las personas que lo rodean. La gente lo considera una buena persona, que actúa con buenas intenciones, sin malicia, comprensiva y tolerante. Así lo dice Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
La benignidad como esencia de Dios
Podemos ver en la Biblia que la expresión máxima de la benignidad esta en nuestro Dios y Padre, aquí los versículos que resaltan que él en su esencia es bueno:
2Sa_22:36 Me diste asimismo el escudo de tu salvación,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Sal_18:35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Ose_2:19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
Rom_2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Gál_5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Col_3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
1Pe_2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.(A)
La bondad como reflejo de la benignidad
BONDAD
Romanos 15:14 dice: Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
La benignidad esta asociada a la bondad, y esta en sí es una expresión de la bondad, que significa la cualidad de bueno.
La bondad (agathosúne 19). Esta palabra tiene dos significados. Uno es ser justo en alma y segundo, una acción que impulsa a hacer el bien a los otros sin que se lo merezcan. Es mejor traducir la palabra bondad como hacer el bien. Pablo les exhorta más adelante en la epístola a hacer bondades o el bien: Por lo tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe (6:10).
Recompensa de la bondad
ALEGRÍA: Una palara amable anima a un corazón triste y brinda gozo, tanto al que la ofrece como al que la recibe. No se requiere de mucho esfuerzo para iluminar el día de otra persona.
TRANQUILIDAD: Si se evitan las palabras ásperas y las acciones desconsideradas, se impide que haya espíritus heridos y barreras entre los miembros de la familia. Un hogar lleno de paz es un tesoro precioso y poco común y la bondad contribuye a la paz.
ALGUNAS EJEMPLOS PRACTICOS DE BENIGNIDAD Y BONDAD EN EL HOGAR SON:
Respetar la necesidad ocasional de quietud y paz de los demás.
Tratar con delicadeza a la persona que sufre
Decidir no hacer bromas a cuesta de los demás
Apagar música ruidosa, programa de televisión o películas que molestan a otros
Conclusión
En 1 Tes. 2:7: El apóstol Pablo pinta un cuadro de benignidad que él tuvo por los tesalonicenses cuando los visitó: Más bien, entre vosotros fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos (1 Tes. 2:7).
Ilustración con el ave azulejo oriental.
El azulejo oriental es un ave que hace su nido en los postes de cercado y troncos de arboles en el centro de los Estado Unidos. Su hermoso canto, la provisión de alimentos para sus crías y la dedicación e tiempo y atención a la incubación de sus huevos ilustran la delicadeza y cuidado de los padres para con su familia.
Por: Pastor Rolando Talín Gutierrez
Para: Embajadores del Rey.
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